Ángel Brito
Maestro en Derecho Procesal Penal.
La postura respecto a las causas y factores que contribuyen a los actos de violencia entre adolescentes puede analizarse desde varias perspectivas:
- Contexto socioeconómico: La pobreza extrema en la que viven los adolescentes, es lo que les lleva a situaciones desesperadas. La falta de oportunidades laborales, educación y recursos básicos crea un entorno propicio para la violencia y la delincuencia.
- Desintegración familiar: Muchos de los adolescentes provienen de hogares disfuncionales o ausentes, lo que les deja vulnerables y sin el apoyo emocional necesario. La falta de una figura parental estable puede contribuir a la formación de conductas agresivas y a la búsqueda de pertenencia en grupos delictivos.
- Influencia del entorno: El entorno urbano, lleno de violencia y criminalidad, influye en el comportamiento de los jóvenes. La normalización de la violencia y la delincuencia en su comunidad les lleva a replicar estos comportamientos.
- Desesperanza y falta de futuro: Los adolescentes en ocasiones experimentan una sensación de desesperanza y la creencia de que no tienen un futuro mejor. Esta falta de perspectiva puede llevar a la agresión como una forma de expresar su frustración y su deseo de ser escuchados.
- Ciclo de violencia: También podemos pensar que la violencia es cíclica. Los jóvenes que son víctimas de violencia a menudo se convierten en agresores, perpetuando un ciclo que es difícil de romper.
Las condiciones sociales, económicas y familiares influyen en el comportamiento de los adolescentes, mostrando tanto su vulnerabilidad como las circunstancias que pueden llevarles a convertirse en agresores. Hay que reflexionar sobre la necesidad de abordar estos problemas estructurales para romper el ciclo de violencia.
Contraste de los adolescentes de los años 50s con la actualidad.
1.Contexto socioeconómico:
México de 1950. En esta época, el país estaba en medio de un proceso de industrialización y urbanización. Sin embargo, muchas comunidades seguían sufriendo de pobreza extrema y marginación. La película? retrata a adolescentes que viven en la miseria, en barrios marginales, con escasas oportunidades de educación y empleo. La desigualdad social era palpable, y muchos jóvenes se veían empujados hacia la delincuencia como única forma de sobrevivir.
México del siglo XXI: Aunque el país ha avanzado en términos de desarrollo económico y social, persisten problemas significativos de pobreza y desigualdad. Sin embargo, hay una mayor conciencia y programas destinados a abordar la situación de los jóvenes en riesgo. La educación ha mejorado en términos de acceso, aunque la calidad y la equidad siguen siendo desafíos. Aun así, la violencia y la delincuencia siguen afectando a muchos adolescentes, especialmente en ciertas regiones.
- Violencia y delincuencia:
México de 1950: La violencia es un reflejo de la desesperación y la falta de oportunidades. Los adolescentes se ven atrapados en un ciclo de violencia y criminalidad, que es una respuesta a su entorno social y familiar disfuncional. La violencia es más física y directa, manifestándose en peleas de pandillas y actos de vandalismo.
México del siglo XXI: La violencia ha evolucionado y se ha intensificado, especialmente con la presencia del narcotráfico y el crimen organizado. Los adolescentes pueden verse involucrados en redes criminales más complejas y peligrosas. La violencia no solo es física, sino que también puede ser psicológica y estructural, afectando a la juventud a través del miedo y la inseguridad en sus comunidades.
- Acceso a la educación y oportunidades:
México de 1950: La educación era limitada, especialmente para los jóvenes de familias pobres. Muchos adolescentes abandonaban la escuela para trabajar o involucrarse en actividades delictivas. La falta de recursos y de infraestructura educativa adecuada limitaba las oportunidades de desarrollo personal y profesional.
México del siglo XXI: Hay un mayor acceso a la educación, con programas y políticas que buscan incluir a todos los jóvenes en el sistema educativo. Sin embargo, la calidad de la educación varía significativamente entre zonas urbanas y rurales, y entre diferentes estratos socioeconómicos. A pesar de los avances, muchos adolescentes aún enfrentan barreras para acceder a una educación de calidad, lo que limita sus oportunidades futuras.
- Percepción social y apoyo institucional:
México de 1950: La sociedad era menos consciente de las problemáticas que enfrentaban los jóvenes en situación de riesgo. La falta de programas de apoyo y de intervención social hacía que muchos adolescentes fueran vistos como «olvidados» y sin esperanza.
México del siglo XXI: Hay una mayor conciencia social sobre la importancia de la juventud y su bienestar. Existen más organizaciones no gubernamentales y programas gubernamentales que buscan apoyar a los adolescentes en riesgo. Sin embargo, la implementación y el alcance de estos programas aún son insuficientes para abordar las necesidades de todos los jóvenes.
El contraste entre el México de 1950 y el México del siglo XXI revela tanto avances como desafíos persistentes en la vida de los adolescentes. Aunque ha habido mejoras en el acceso a la educación y una mayor conciencia social sobre las problemáticas juveniles, la violencia, la desigualdad y la falta de oportunidades siguen siendo temas críticos que requieren atención y acción. «Los olvidados» sigue siendo relevante como un recordatorio de las luchas de los jóvenes y la necesidad de un cambio social significativo.
Una de las problemáticas más impactantes es la desintegración familiar y su impacto en la juventud. Esta problemática se presenta de manera cruda y realista a lo largo de la vida de los adolescentes, y su análisis crítico revela la profundidad de sus efectos en la vida de los personajes.
Argumentación Crítica:
- Falta de apoyo emocional: Muchos adolesentes provienen de hogares donde la figura parental está ausente o es disfuncional. Esta falta de apoyo emocional y guía puede llevar a los adolescentes a sentirse perdidos y vulnerables. La ausencia de un entorno familiar saludable crea un vacío que se llena con la violencia y la delincuencia, ya que buscan pertenencia y validación en grupos de pares.
- Ciclo de violencia: La desintegración familiar perpetúa un ciclo de violencia. Los jóvenes que crecen en entornos donde la violencia es común tienden a replicar esos comportamientos. Esto se observa en la relación entre los adolescentes, donde la agresión y la rivalidad se vuelven la norma. Este ciclo se convierte en un determinante clave de su destino, lo que sugiere que la falta de un hogar estable puede llevar a una vida de criminalidad y desesperanza.
- Deshumanización y abandono: La deshumanización que sufren algunos adolescentes, la falta de atención y recursos para estos jóvenes refleja una crítica a un sistema que falla en proteger a sus ciudadanos más vulnerables. Esta problemática es impactante porque pone de manifiesto cómo la sociedad, al ignorar a sus miembros más necesitados, contribuye a la creación de un entorno donde la violencia se convierte en una respuesta natural a la adversidad.
- Consecuencias a largo plazo: La desintegración familiar no solo afecta a los jóvenes en el momento presente, sino que tiene consecuencias a largo plazo para su desarrollo y su futuro. Sin intervención y apoyo, estos jóvenes están condenados a repetir los mismos errores de sus padres, perpetuando un ciclo de pobreza y violencia que es difícil de romper.
Conclusión:
La problemática de la desintegración familiar es impactante porque revela la complejidad de las causas de la violencia juvenil. no solo hacemos una crítica a la pobreza y la marginación, sino que también destacamos la importancia de las relaciones familiares y el apoyo social en el desarrollo de los jóvenes. Esta temática resuena profundamente en la actualidad, donde muchas comunidades siguen enfrentando desafíos similares, lo que hace que estos elementos mantengan su relevancia y urgencia en el diálogo sobre la violencia y la juventud.