Elizabeth Martínez Chávez | La criminalística es una disciplina científica fundamental, que es auxiliar en la investigación criminal y pilar de las ciencias forenses modernas. A menudo es confundida con la criminología (que estudia las causas del delito y la conducta del delincuente). La criminalística se enfoca en el estudio de las evidencias físicas de un hecho delictivo, su objetivo es aplica el método científico para identificar, preservar, analizar e interpretar indicios materiales, los cuales resultan fundamentales para la reconstrucción de un hecho criminal y señalar a sus responsables: “Esta rama multidisciplinar se apoya en métodos y técnicas de las ciencias naturales—desde la física, la química y la biología a la medicina o la grafología—para demostrar cómo, quién, cuándo y por qué se ha cometido un hecho delictivo. Los criminalistas desarrollan su trabajo en la escena del crimen, reuniendo pruebas y evidencias, y en el laboratorio, donde analizan los datos recabados y realizan pruebas aplicando el método científico para demostrar sus hipótesis.” En otras palabras, traduce hallazgos científicos en pruebas objetivas que puedan ser utilizadas ante la administración y procuración de justicia.
El trabajo criminalístico se guía por pasos metodológicos estándar conocidos como pasos de la investigación pericial: protección del lugar de los hechos, observación cuidadosa, fijación (documentación escrita, fotográfica y planimétrica) de la escena, levantamiento de indicios, envío de evidencias al laboratorio, mantenimiento de la cadena de custodia y elaboración del informe pericial final. Tales procedimientos garantizan que la evidencia recolectada sea válida y confiable desde su recolección en la escena del crimen hasta su desahogo en el juicio oral.
Evolución histórica y relación con otras ciencias forenses
La criminalística, tal como la entendemos hoy, es el resultado de una evolución histórica que la ha consolidado como disciplina científica. Si bien el afán por esclarecer delitos es tan antiguo como la sociedad misma, durante siglos las investigaciones dependieron más de la intuición y la confesión que de métodos técnicos. Uno de los padres de la criminalística fue el jurista austriaco Hans Gross, quien en 1891 acuñó el término Criminalística, al año siguiente publicó el Manual del juez de instrucción, primera obra que integró conocimientos científicos en el trabajo policial: “Hans Gross, proporcionó una visión integral al describir la criminalística como la ciencia de la investigación criminal, aplicando el conocimiento de las ciencias naturales al servicio de la justicia penal. Su énfasis en la necesidad de una perspectiva multidisciplinaria, integrando análisis físicos, psicológicos y lógicos, marcó una evolución significativa en la disciplina.”
Paralelamente, otros científicos e investigadores contribuyeron al desarrollo de distintas ramas forenses. Así, el francés Alphonse Bertillon introdujo en la década de 1880 un sistema antropométrico de identificación criminal (mediante medición de rasgos físicos) y la fotografía de fichaje, sentando bases de la identificación de delincuentes:
(…) ideó un sistema que permitía mejorar significativamente la efectividad de los métodos de identificación de criminales que se usaban en esa época. El sistema de identificación, que fue llamado «Bertillonaje», revolucionó la manera en que se lidiaba con la criminalidad, se basaba en la medición de características físicas del cuerpo humano que se mantienen durante la vida adulta y que son únicas en cada persona.
Se trata de un sistema de medición antropométrica, que inicialmente capturaba y almacenaba para su comparación, datos como:
La altura de la persona.
– La longitud del dedo medio.
– Longitud del brazo derecho.
– Longitud del pie derecho.
– Circunferencia de la cabeza.
– Ancho de la mano derecha.
Poco después, la dactiloscopía (identificación por huellas dactilares) surgió de la mano de Juan Vucetich en Argentina y Sir Francis Galton en Inglaterra. Ellos desarrollaron hacia 1890 métodos de clasificación y archivos de huellas que rápidamente demostraron su superioridad sobre el antropometría. De hecho, en 1892 se resolvió en Argentina el primer crimen mediante huellas dactilares, en el célebre caso de Francisca Rojas, donde la policía identificó las huellas ensangrentadas en la escena como pertenecientes a la madre de las víctimas, probando su culpabilidad.
Para inicios del siglo XX, Edmond Locard estableció el primer laboratorio policial forense en 1910 y formuló el principio de intercambio, fue así que en su libro Manual de Técnica Policíaca expuso que: “es imposible que un criminal actúe, especialmente en la tensión de la acción criminal, sin dejar rastros de su presencia”
La balística forense también dio pasos firmes: en 1925, Calvin Goddard perfeccionó el microscopio de comparación de balas, lo que permitió por primera vez identificar balas y casquillos coincidentes con armas específicas, técnica fundamental en casos de tiroteos. La década de 1930 vio la creación de laboratorios forenses en instituciones como el FBI en Estados Unidos (1932).
Con el tiempo, la criminalística se nutrió de muchas otras disciplinas, desde la química, la biología, la física (análisis de patrones de disparo, trayectorias) hasta la informática forense en tiempos recientes. Su historia está intrínsecamente ligada al progreso de las demás ciencias forenses. Así, la criminalística actúa como campo integrador de diversas especialidades forenses, por ejemplo, trabaja de la mano con la medicina forense (que realiza necropsias y determina causas de muerte), con la psicología forense (perfilación criminal), con la antropología forense (identificación de restos óseos), con la odontología forense (identificación por dentadura o mordidas), entre otras.
En México, la criminalística comenzó a institucionalizarse a mediados del siglo XX, paralelamente a la profesionalización de la policía científica. Pioneros como el Dr. Alfonso Quiroz Cuarón participaron en investigaciones sonadas aplicando técnicas forenses de la época, como evaluaciones psiquiátricas y reconstrucciones criminales en casos de alto impacto. Con el establecimiento de laboratorios periciales en Procuradurías y la creación de servicios forenses estatales, México fue incorporando avances internacionales.
Conclusión
La criminalística se ha consolidado como aliada indispensable en la administración y procuración de justicia. Sus definiciones y principios proporcionan un marco teórico sólido que guía a los investigadores en la búsqueda de la evidencia científica detrás de cada crimen. Su evolución histórica demuestra una constante integración de conocimientos de distintas ramas, adaptándose a los avances tecnológicos y a las nuevas formas de delincuencia. Mediante una variedad de métodos y técnicas –que van desde el polvo revelador de huellas hasta complejos análisis de ADN o de datos digitales–, la criminalística logra que las evidencias “hablen”, reconstruyendo hechos pasados de manera objetiva.
En la resolución de delitos, esta disciplina aporta la certeza técnica que suele inclinar la balanza en un juicio, ya sea inculpando o liberando al imputado. Los casos ilustrativos en México y en el mundo subrayan su impacto, gracias al trabajo pericial diversos criminales han sido detenidos, y con ello se han sentado precedentes que perfeccionan los procesos investigativos.
En un mundo donde el delito también evoluciona, la criminalística permanece en constante perfeccionamiento, nuevos campos (como la genética forense, la informática forense o la inteligencia artificial aplicada a la detección de patrones delictivos) se suman al arsenal del investigador criminal. Sin embargo, por sofisticadas que sean las herramientas, la esencia de la criminalística sigue siendo la misma, llegar a evidencias claras. Su papel auxiliar en la investigación criminal es hoy más relevante que nunca, asegurando que el sistema de justicia cuente con pruebas confiables y científicas para cumplir su labor fundamental de esclarecer hechos y sancionar a quienes corresponda, en beneficio de la sociedad.
Fuentes consultadas:
Acerta (2024) “Bertillonaje: La revolución de la identificación criminal”. Acerta Computación Aplicada. En: https://acerta.net/uncategorized/biometria-bertillonaje-la-revolucion-de-la-identificacion-criminal/
Arregui Reyes, Raúl Javier; Bazantes Poveda, Milena Yadira; Corral Calderón, Gustavo Xavier (Diciembre de 2023), La Criminalística como ciencia y su importancia en la legislación penal ecuatoriana. Redilat, Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales y Humanidades, pp. 1396-1397.
Burgos, Álvaro (2010) “La criminalística y su importancia en el campo forense”, Revista Digital de la Maestría en Ciencias Penales de la Universidad de Costa Rica, No 2, p. 242. En: file:///C:/Users/elyde/Downloads/12576-Texto%20del%20art%C3%ADculo-20414-1-10-20131128%20(1).pdf
CFEC, El Principio de Intercambio de Locard. Blog: Estudio Criminal. En: https://www.estudiocriminal.eu/blog/el-principio-de-intercambio-de-locard/
Sadurní, J. M. (2021, agosto 25), “La dactiloscopia, la ciencia de las huellas dactilares”, National Geographic. En: https://historia.nationalgeographic.com.es/a/dactiloscopia-ciencia-huellas-dactilares_17133
UNIR (2022, enero 19), ¿Qué es la criminalística y qué estudia esta ciencia?”, Unir Universidad en Internet. En: https://mexico.unir.net/noticias/derecho/que-es-criminalistica/